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La muerte silenciosa en los campos de cítricos valencianos a consecuencia de la DANA: la Phytophthora
Este artículo analiza cómo las lluvias torrenciales provocadas por la DANA han favorecido la proliferación de la Phytophthora en los campos de cítricos, describiendo sus efectos, síntomas, métodos de detección y estrategias para controlar esta enfermedad devastadora.
Introducción:
Las lluvias torrenciales y las inundaciones provocadas por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) a finales de octubre de 2024 han dejado un paisaje desolador en numerosas zonas agrícolas de la Comunidad Valenciana. Este fenómeno meteorológico extremo, que cada vez ocurre con mayor frecuencia debido a los efectos del cambio climático, ha vuelto a poner de manifiesto la vulnerabilidad de nuestros cultivos ante la fuerza de la naturaleza. Uno de los sectores más golpeados por esta catástrofe ha sido, sin lugar a dudas, el de los cítricos, pilar económico y cultural de la región.
La acumulación de agua en los campos, los encharcamientos prolongados que superan la altura de los portainjertos y la saturación de los suelos han creado un caldo de cultivo perfecto para que prolifere una de las enfermedades más devastadoras y difíciles de erradicar en cítricos: la Phytophthora. Esta amenaza silenciosa puede permanecer latente durante años y manifestarse con toda su virulencia cuando encuentra las condiciones idóneas, como las que han dejado las recientes lluvias intensas.
¿Qué es la Phytophthora?
La Phytophthora spp. es un género de hongos patógenos del suelo, considerado por muchos expertos como uno de los enemigos más persistentes y destructivos de los cultivos leñosos, especialmente los cítricos. Este microorganismo ataca principalmente las raíces, el cuello y, en ocasiones, incluso los frutos de los árboles. Entre las enfermedades que provoca se encuentran la podredumbre del cuello, la gomosis (exudación de goma) y la podredumbre radicular.
A diferencia de otros patógenos, la Phytophthora puede permanecer en estado latente en el suelo durante largos periodos, sin causar síntomas aparentes. Sin embargo, cuando se dan condiciones de humedad extrema, como ocurre tras una DANA o periodos de lluvias torrenciales continuadas, el hongo se reactiva, multiplica su población y coloniza rápidamente los tejidos vegetales vulnerables. Esto convierte a la Phytophthora en una amenaza difícil de erradicar una vez instalada en un campo.
Síntomas y detección: claves para reconocer la enfermedad a tiempo
La detección temprana es, sin duda, la herramienta más eficaz para frenar el avance de la Phytophthora. Muchos agricultores desconocen que sus árboles están infectados hasta que la enfermedad ya se encuentra en un estado avanzado y los daños son irreversibles. Por ello, es fundamental prestar atención a los siguientes signos de alarma:
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Decaimiento general del árbol: Uno de los síntomas más evidentes es la pérdida de vigor. Los árboles afectados presentan hojas de menor tamaño, clorosis (amarilleo generalizado) y caída prematura del follaje.
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Frutos de menor calibre: Los cítricos infectados suelen producir frutos más pequeños y, en muchos casos, estos caen antes de tiempo, reduciendo drásticamente la cosecha.
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Exudaciones gomosas: La presencia de goma que rezuma del tronco, especialmente en la base, es un indicio claro de infección por Phytophthora.
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Podredumbre en el cuello del tronco: La necrosis del tejido en la base del árbol suele ir acompañada de mal olor y oscurecimiento de la corteza.
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Muerte progresiva de ramas: En casos graves, se observa la desecación progresiva de ramas hasta la muerte total del árbol.
Realizar inspecciones periódicas, sobre todo tras periodos de lluvias intensas, puede marcar la diferencia entre salvar un árbol o perder toda la parcela.
Confirmación del diagnóstico: el laboratorio como aliado
Ante la sospecha de infección, lo más recomendable es recurrir a un análisis de laboratorio especializado. Aunque los síntomas externos pueden ser bastante característicos, existen otras patologías con manifestaciones similares. Un diagnóstico preciso permitirá aplicar el tratamiento más adecuado y evitar aplicaciones innecesarias de fitosanitarios.
Estrategias de control y manejo integrado
El combate contra la Phytophthora no debe basarse únicamente en productos químicos, sino en un enfoque de manejo integrado, que combine medidas culturales, preventivas y curativas. Algunas recomendaciones prácticas incluyen:
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Mejora del drenaje: Es fundamental garantizar que el suelo tenga una estructura adecuada para evacuar rápidamente el exceso de agua. En zonas propensas a encharcamientos, la instalación de drenajes subterráneos o la formación de caballones puede reducir significativamente el riesgo de infección.
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Aporte de materia orgánica y biocontrol: Incorporar enmiendas orgánicas de calidad y microorganismos beneficiosos como Trichoderma spp. puede ayudar a fortalecer la microbiota del suelo, creando una barrera natural contra la Phytophthora.
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Eliminación de restos infectados: Retirar y destruir los restos vegetales afectados (raíces podridas, troncos muertos) minimiza la propagación del hongo.
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Aplicación de fungicidas autorizados: En casos confirmados, se pueden utilizar fungicidas sistémicos como fosetil-Al, metalaxil o preparados a base de sales de cobre, siempre respetando las dosis y plazos de seguridad establecidos por la normativa fitosanitaria.
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Renovación de plantaciones muy afectadas: Cuando la infección alcanza un nivel crítico, la opción más recomendable puede ser arrancar los árboles severamente dañados para evitar la diseminación a ejemplares sanos. En estos casos, se debe proceder a la desinfección del suelo antes de replantar.
Prevención: la mejor arma contra futuros brotes
El cambio climático está incrementando la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos como la DANA. Por ello, cada vez cobra mayor importancia la prevención. La selección de portainjertos más tolerantes a suelos encharcados y a Phytophthora, la planificación de una adecuada red de riego y drenaje, y la formación constante de agricultores y técnicos son elementos clave para fortalecer la resiliencia de los campos cítricos valencianos.
Además, el monitoreo continuo y el registro de datos meteorológicos y de humedad del suelo mediante tecnologías digitales pueden ser grandes aliados para anticipar situaciones de riesgo y actuar de forma proactiva.
Conclusión: una amenaza silenciosa que requiere acción inmediata
Las consecuencias de la DANA van mucho más allá de los daños visibles e inmediatos, como árboles caídos o parcelas anegadas. La verdadera amenaza se esconde bajo tierra, avanzando sin hacer ruido, comprometiendo el futuro de miles de hectáreas de cítricos valencianos. La Phytophthora, silenciosa pero letal, es capaz de diezmar explotaciones enteras si no se detecta y combate a tiempo.
Proteger este cultivo emblemático no solo es una cuestión económica, sino también de identidad cultural para la Comunidad Valenciana. Ante este reto, la unión entre agricultores, técnicos, investigadores y administraciones es más necesaria que nunca. Actuar con rapidez, diagnosticar con precisión y aplicar estrategias de manejo sostenibles son pasos fundamentales para frenar esta muerte silenciosa y garantizar que nuestros campos sigan floreciendo generación tras generación.
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